jueves, 10 de marzo de 2016

LOS MEJORES CARROS PARA PAPAS

 LOS MEJORES CARROS PARA PAPAS



El primer coche oficial del Papa fue este Mercedes Nürburg 460, que la marca de la estrella le regaló en el verano de 1930. Pío XI únicamente lo usó para dar algún que otro paseo por los jardines del Vaticano.


La carrocería y el interior fueron modificados por Pullman y, además de los controles de dirección, contaba con una tapicería de seda color púrpura y un lujoso trono giratorio.



 Una curiosidad: al coche, que era capaz de alcanzar los 100 km/h y se le dotó desde el principio con su propio santo (una talla de San Crístofer). La limusina fue completamente restaurada en los años 80 y todavía sigue perteneciendo a la Santa Sede, aunque ya no luce la matrícula SCV1.



Tras la Segunda Guerra Mundial, el primer vehículo papal fue este
 Mercedes 300 d, conocido como el Mercedes Adenauer, por ser el que utilizaba el primer canciller de la RFA, Konrad Adenauer.


El vehículo, al igual que muchos otros a lo largo de estos 75 años, fue donado por la casa , que realizó un carrozado especial para el que se alargó la batalla en 450 mm y se creó un amplio techo blando que cubría la zona posterior.

Juan XXIII, canonizado hoy junto a Juan Pablo II, fue el primer Pontífice que disfrutó de aire acondicionado. Sobre las puertas se grabó el escudo de su papado.


En 1965, durante el papado de Pablo VI, este coche fue sustituido por una versión especial del Mercedes 600. Éste, a su vez, fue sustituido en 1967 por varios Mercedes 300 SEL, todos ellos tipo Landaulet, una clase de carrocería especial para los jefes de Estado.



Pese a sufrir el atentado en el Fiat Campagnola, Juan Pablo II siguió utilizándolo.

En 1929, los trabajadores de  le regalaron a Pío XI una berlina 525 y en 1965, un Lancia Flavia. Desde principios de los años 70, la relación entre Fiat y el Vaticano se estrechó aún más, y cuando Carol Wojtyla (hoy canonizado como Juan Pablo II) fue elegido Papa, decidió dar un profundo cambio de imagen a su pontificado.




A Juan Pablo II le gustaba estar cerca de la gente y, desde el principio, se dejó ver muy a menudo en este vetusto Fiat Campagnola, que, de hecho, pasó a ser su coche oficial (SCV1). El destino quiso que fuera precisamente en este coche donde Carol Wojtyla fuera alcanzado disparo de Ali Agca.

El atentado contra Juan Pablo II sucedió el 13 de mayo de 1981. Se recuperó pero, se vio obligado a seguir unas estrictas normas de seguridad. Sin embargo, jamás permitió que su servicio de seguridad se deshiciera de este vehículo, que era una auténtica pesadilla para los agentes.



La canonización de Juan Pablo II, nos hace recordar cómo la Santa Sede cambió radicalmente su imagen. Comienza la era de los viajes, y se hace necesario un vehículo que pueda viajar con el


Papa a cualquier parte. Mercedes decidió entonces adaptar este 230 G. La cúpula, que no era blindada, sólo se usó en raras ocasiones hasta que se produjo el intento de asesinato, en mayo de 1981.



En los años 90, Mercedes volvió a dotar de vehículos a la Santa Sede. Primero se entregaron variosClase S modificados, pero como Juan Pablo II prefería dejarse ver siempre por la multitud, decidieron desarrollar un vehículo totalmente nuevo, en la misma línea que el Clase G de los 80, pero con una cúpula fija y blindada como un tanque, al igual que el


Range Rover modificado en España. El último papamóvil de Juan Pablo II fue un Mercedes Clase M modificado.

Nada menos que diez días de viaje por toda España en un momento en que ETA perpetraba atentados cada semana, y, sobre todo, sólo un año después del intento de asesinato que había mermado la salud de Su Santidad.


El Gobierno de entonces planeó un despliegue policial sin precedentes para proteger al Pontífice. La visita fue un éxito gracias a una innovadora solución: blindar el papamóvil.


Poco antes, Juan Pablo II había decidido cambiar la tradicional limusina negra por un coche blanco, preferiblemente destapado, aunque tras el atentado no quedó más remedio que recurrir al Clase G, con la cúpula de plexiglass.


Se encargó a la empresa Tecnitrade el acondicionamiento y blindaje de un Range Rover. Este descomunal coche, que pesa 6.510 kg, pertenece ahora al Cuerpo Nacional de Policía, que lo conserva en perfecto estado en su depósito de El Escorial.



Esta joya histórica se ha conservado gracias al magnífico trabajo de un grupo de policías encargados del parque móvil del Cuerpo. Hacía décadas que el


Vaticano recibía coches, como regalo por parte de los fabricantes. Alguno pasó a ser el coche oficial de la Santa Sede y, por ello, matriculado con la placa SCV1 (Estado de la Ciudad del Vaticano). Sin embargo, hasta el nombramiento de Juan Pablo II, ningún Papa había salido del Vaticano en viaje oficial como Pontífice y jefe de Estado.



A lo largo de los 105 viajes que realizó Carol Wojtyla, el papamóvil se convirtió en un símbolo de su papado. Tanto es así, que varios de los Mercedes y Land Rover que utilizó fueron enviados a diversas archidiócesis en los cuatro continentes, para tenerlos siempre listos. Aunque estos días, por desgracia, no podrás verlo, al realizarse todos los actos de la Semana Santa dentro del Vaticano.



Alguno de estos vehículos  ha pasado a manos de coleccionistas, e incluso hay uno expuesto en el casino Imperial Palace (Las Vegas).



A veces, es posible. Ford regaló este Lincoln Continental a Juan Pablo II tras visitar EE.UU. en 1979. El coche viajó al Vaticano y fue matriculado SCV1. Más tarde fue cedido a Caritas para subastarlo, y fue adquirido por un coleccionista alemán.



 Hace tres años, el coche estuvo a la venta en la web alemana de eBay. Sólo tiene 10.620 km y los relojes del interior son Cartier. Probablemente, Juan Pablo II jamás se subió a él y su valor histórico será indudable, pero su precio de salida fue de 30.000 €.






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